LA LEYENDA DE ROSAMUNDA

Siguiendo con la etapa medieval, os dejo a continuación un texto de Karen Lucas (publicado en el Bulletin of the Cervantes Society of America, Volumen X, Número 1, Primavera 1990) que traduje mientras buscaba información sobre Rosamunda, una de las supuestas amantes del rey Enrique II de Inglaterra, esposo de Leonor de Aquitania.
"El rey Enrique II de Inglaterra tuvo como su amante a Rosamunda Clifford, una mujer de extraordinaria belleza y que era hija del Caballero Henry Clifford. Para mantenerla lejos de la reina Leonor, el rey estableció que Rosamunda viviera en un palacio, en Woodstock, rodeado por un laberinto.
En una ocasión que Enrique estaba fuera de Inglaterra, la celosa y vengativa reina se las arregló para atravesar el laberinto y obligar a Rosamunda a elegir entre recibir la muerte por una daga o tomar veneno. Rosamunda eligió morir envenenada y fue enterrada en el monasterio femenino de Godstow. Como castigo por su acto criminal, Enrique mantuvo encerrada a Leonor hasta que él murió."
Lo que aquí se cuenta es la leyenda que existe sobre los amores ilícitos de la bella Rosamunda y el rey Enrique. Lo que corresponde a la realidad de la leyenda nunca se ha determinado. Aunque hay algunas crónicas antiguas en las que sí se puede encontrar evidencia histórica que soporte al menos, que Rosamunda fue de hecho amante del rey Enrique II y que su enterramiento tuvo lugar en Godstow.
"El rey Enrique II de Inglaterra tuvo como su amante a Rosamunda Clifford, una mujer de extraordinaria belleza y que era hija del Caballero Henry Clifford. Para mantenerla lejos de la reina Leonor, el rey estableció que Rosamunda viviera en un palacio, en Woodstock, rodeado por un laberinto.
En una ocasión que Enrique estaba fuera de Inglaterra, la celosa y vengativa reina se las arregló para atravesar el laberinto y obligar a Rosamunda a elegir entre recibir la muerte por una daga o tomar veneno. Rosamunda eligió morir envenenada y fue enterrada en el monasterio femenino de Godstow. Como castigo por su acto criminal, Enrique mantuvo encerrada a Leonor hasta que él murió."
Lo que aquí se cuenta es la leyenda que existe sobre los amores ilícitos de la bella Rosamunda y el rey Enrique. Lo que corresponde a la realidad de la leyenda nunca se ha determinado. Aunque hay algunas crónicas antiguas en las que sí se puede encontrar evidencia histórica que soporte al menos, que Rosamunda fue de hecho amante del rey Enrique II y que su enterramiento tuvo lugar en Godstow.
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No sé si el rey Enrique II de Inglaterra encerró a Leonor por asesinar a una de sus muchas amantes -parece ser que Rosamunda fue muy especial-, tampoco se si Leonor asesinó realmente a esta mujer. Lo que sí he averiguado en numerosos textos, es que el rey Enrique encerró a su mujer por intentar sublevarse contra él y volver a sus hijos también en su contra.
En un artículo anterior ya dije que a la reina Leonor de Aquitania se le atribuyeron, se le atribuyen y -de seguir así- se le atribuirán muchas cosas que no hizo, tal vez ni siquiera pensó.
Un saludo. Mila.
Comentarios
Como Maria Antonieta que al parecer nunca dijo aquello de que "si no tienen pan que coman pastel" (la idea era esa, pero no estoy segura de haber dicho la frase correctamente).
Por cierto me gusta mucho el nuevo look de tu blog! :).
Un saludo!
Caray, mira que es complicado mantener al día un blog, ¿eh? En fin que muchas gracias por tus comentarios y con respecto al blog te diré que el lila o morado o violeta, es el color de la asociación a la que pertenezco, Mujeres Creativas "Rosa Montero", por si eso me animé a cambiar.
Tengo que leer todos tus artículos sobre Maria Antonieta, me parecen fascinantes, y eso que no he podido verlos todos.
Un saludo, Mila.
Jajaja, debo decir que yo no he escrito nada de Maria Antonieta hasta la fecha, cuando mencionas lo de los artículos de Maria Antonieta creo que me confundiste con Anabel de Trianon de la Reina, jajaja, pero no te preocupes una confusión la tiene cualquiera :D.
Un saludo y nos seguimos leyendo!!
Nuevamente un saludo!
Perdona por el despite otra vez.
Un saludo, Mila.